ojos cerrados, ojos abiertos

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martes, 26 de marzo de 2013

EL GRAN CASAMIENTO CALABRES





Mi prima se caso en Septiembre de aquel año, en el Hotel Shangrila, un hermoso complejo con salida a la playa de 5 estrellas, fue el primer casamiento que fui en mi vida y el que mas grande que participe hasta el día de hoy, eran mas de 500 personas los invitados. Cuando sos chico no tenes los nervios previos que te generan eventos sociales, de que voy a hablar, como me voy a vestir o si voy a caer bien a los demás  la ropa tampoco es una preocupación  menos si sos vos el que tiene que elegir que usar, como estaba solo con mi viejo, el me dio total libertad para vestirme de la manera que yo quería  Me puse unos zapatos negros, los típicos zapatos escolares, un pantalón cuadrille blanco y negro y un saco oscuro sobre un buzo del mundial 90, el buzo era blanco y tenia en grande la mascota del próximo mundial, el síntoma o sensación de estar ridículo nunca se me cruzo por la cabeza.
La ceremonia comenzó temprano, era un casamiento diurno, que con el correr de los años se convirtieron en mis favoritos, creo que se disfrutan mas en todo sentido, para bailar, para comer, para tomar.
Después de la iglesia nos dirigimos al Hotel, el buen tiempo ayudo a todos y a la fiesta, ya que la misma se celebraba en el patio del hotel, aunque nuestra mesa estaba en una especie de galería cubierta, el patio o el centro de la fiesta estaba destinado para la mesa principal, el patio tenia salida a la playa y a una vista realmente única del hermoso y cristalino mar del Mediterráneo  Una de las cosas en contra de ser un niño, contrastando a los beneficios que antes marcaba es que a uno no le importa el presente, no nos damos cuenta de cuando estamos viviendo una situación única y damos por descontado que un paisaje así lo veremos seguido y no le tenemos que prestar demasiada atención en el momento.
Lo que mas recuerdo de ese día fue la cantidad de comida, contabilizando la entrada y los platos dulces fueron un total de 12 platos servidos durante el día, según mi viejo es una costumbre italiana. Costumbre o no era un exageración de comida.
Otra costumbre de la que me entere era que mi tío tenia que pagar la boda, ya que el padre de la novia, en Italia, se hace cargo de todo. Imagino que le debe haber salido un buen billete, pero creo también que debe haber disfrutado de fastuoso casamiento que le hizo a su hija, como dicen, para que se trabaja tanto si no es para hacer esas fiestas familiares.
En otro entrada de los recuerdos calabreses contare el futuro de la pareja, de como fue su vida después de tremendo comienzo, igual eso es simple chusmerio, lo importante para mi fue vivirlo y poder ahora, esforzando mi memoria, poder contarlo, mi participación en el Gran Casamiento Calabres.

EL VIAJE - 1989 -


Recuerdo de Calabria

En 1989 con 11 años me despedí de mi madre y subí a un avión 747 de ALITALIA con mi viejo para volar rumbo a Roma. Con el tiempo que paso sinceramente no recuerdo haber estado nervioso por ser mi primer vuelo largo, lo que si recuerdo vividamente es que una vez que estábamos sobre Fiumicino y el avión daba giros esperando que le dieran permiso para aterrizar, el mareo se apodero de mi y vomite sin aviso previo y sin tiempo para agarrar la bolsa de papel que cada pasajero tiene para estas emergencias, me imagino los insultos que me habrá dedicado el o ella que le toco limpiar, maldiciendo por que no llegue a agarrar la bolsita de papel, a la distancia, no solo de kilómetros si no de tiempo, le digo que estar mirando por la ventanilla mientras el avión daba vueltas nunca pensé que me iba a traer esas consecuencias.
Así me recibió Italia, o así hice mi entrada yo, era la primera vez que iba a conocer el país de mi padre y era la primera vez que iba a conocer a mi padre, si bien viaje con el y vivía con el, un pequeño incidente en mi niñez (insulto racial a mi hermana mayor y previo castigo con un simple pellizco) me hacían pensar que mi viejo era una mezcla de Rasputin con el hombre de la bolsa o el coco que esta debajo de la cama y siempre te quiere agarrar los tobillos, esa visión, previo viaje, tenia de el. Nada más alejado de la realidad.
Al bajar del avión y teniendo nuestras valijas, me llamo la atención como mi viejo ya entablaba conversación con un desconocido de una manera muy amistosa, o por lo menos así lo veía yo, los dos hablando italiano y el tipo caminando a la par nuestra, era un remisero y lo conversación se trataba de cuanto nos iba a cobrar para llevarnos al centro de Roma. Nos alojamos en un pequeño hotel frente la terminal de trenes. Estas eran las vacaciones de mi viejo, siempre en el verano europeo se iba a su tierra, la razón por la cual nos quedamos 2 noches en Roma fue para hacer un poco de turismo conmigo. De la capital italiana y sus maravillas no hay nada que decir que no se haya dicho, nuestro viaje o realmente el de el comenzó una vez que subimos al tren y 5 horas nos iba a depositar en Paola, una pequeña ciudad cercana al pueblo donde mi viejo tenia la mayoría de sus parientes, o sea, mis parientes también. El hijo del primo de mi padre nos fue a buscar, Tonino, el mayor de 3 hermanas que según tradición tenia que esperar que las 3 estén casadas para el poder casarse y hablando de casamiento esa una de las razones por la cual estábamos ahí, se casaba su hermana mas chica, la cual cerraba el circulo y le dejaba la llave de libertad a Tonino para que deje su casa materna y se casara si lo deseaba, pero ese es otro tema.
En poco tiempo, conocí mucha gente y todos eran parientes de alguna manera, conocí mujeres con abundante pelo bajo el brazo y conocí a primos con nombres de mujer, Andrea, por ejemplo, era un primo mío. Conocí el mar y las montañas en la misma mirada, en el mismo escenario, estaban las montañas que se reflejaban en el Mediterráneo. Conocí las latas de gaseosa y conocí gente que se bajaba del auto dejando la puerta abierta o la ventana baja y sus pertenencias dentro nadie se amigaba con las cosas de los demás.
El pueblo donde quedábamos se llama Guardia Piamontese, mi Tío Pascuale nos había dado un depto en el mismo edificio donde ellos vivían ya que era el dueño de  todo el edificio de 3 pisos, también era el dueño de un hotel, una ferretería y una especie de aserradero. El pueblo estaba a los pies de la montaña que nos llevaba a Fuscaldo, ubicado a 800metros a nivel del mar, de ahí era mi viejo. Un día me llevo a conocer a su casa de la infancia, me mostró el pequeño cuarto donde guardaban a la cabra que todas las mañanas le daba la leche para su desayuno y me mostró de que árbol a cual árbol limitaba el terreno detrás de la casa, hablar de alambrado o cerca era algo que no existía ahí.
Mientras seguía conociendo gente/parientes, mi viejo cada noche trataba de explicarme de donde venia el parentesco con cada uno y a que familia pertenecía.
A las 2 semanas de estar ahí ya comencé a soltar algunas palabras en italiano, un poco obligado por que ya me venían mal o pensaban que era lento por solo hablar en español con mi viejo, recuerdo un día que el me dejo con mi tía y sus hijas y ellos dijeron varias cosas poco agradables de mi por no hablar el idioma. Como las entendí? Si estas en una sala y todos te miran y la que hablar esboza una cara de asco hacia tu persona, subiendo los labios como quien huele un feo, pero muy feo olor, pueden decirlo en chino que vas a saber que hablan mal de vos.
El viaje siguió su curso normal, con el correr de los días y con mas facilidad para hablar el idioma, yo solía andar mas con mi primo con nombre de mujer, por lo menos para esta parte del mundo, que con mi viejo, a quien veía para la hora de la cena.
Este es una parte de los recuerdos, después voy a tratar de subir un párrafo aparte para el casamiento, la comida y paisajes.
Regresamos a Roma un sábado, al día siguiente viajábamos, ese día en la capital Italiana jugaba el Napoli de Maradona contra el equipo insignia de la ciudad, La Roma, le pedí a mi viejo que me llevara  pero no quiso, había mucha rivalidad entre el norte y el sur y las cosas iban a estar pesadas e imagino que le había prometido a mi vieja que me iba a devolver entero, al final lo vimos desde el bar del hotel y fue un 0 a 0 muy aburrido.
Yo tenía 11 años pero había descubierto otro mundo y otras personas, que vivían a la par mía pero con miles de kilómetros a la distancia. ¿Como fue que mi viejo me llevo con el de viaje? Simplemente por que le mostré el interés para ir, lo cual me sirvió como enseñanza, que si alguna vez presentas un cierto interés por las cosas, algo divertido o interesante te puede pasar.