ojos cerrados, ojos abiertos

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martes, 2 de abril de 2013

PEQUEÑOS CUENTOS - LA OSCURIDAD


Escuchaba su historia con atención y a pesar de no mirarlo, notaba como gesticulaba y vivía cada entonación, estábamos sentados en su sofá, en una oscuridad absoluta, yo trataba de hacer que miraba la televisión, pero claro que no podía, el sigue hablando, casi gritando, comentaba que sentía que esta obra iba a ser real y honesta, algo que le daría ganas de seguir y retomar su vida, salir de este departamento, como me gustaría creerle, sobre todo la parte de salir de aquí, de estas paredes llenas de retratos que nos reflejan felicidad, fama. Nos reflejan el pasado. Trato de devolver la mirada a la pequeña ventana en forma de cero que es lo único que me puede mostrar como es afuera en este momento. El comienza a reírse, su carcajada en la oscuridad suena a desesperación, pero a mi me sirve para recordar cuanto lo odio.
Fabián sigue hablando, el es director de teatro, o como el se cataloga, ex director, hace unos años tuvo éxito comercial con la obra “La Fuga”  e hizo lo que se hace en los momentos de éxito, se separo de su mujer, comenzó a salir con sus actrices principales, gasto plata de una forma innecesaria y sus adicciones dejaron de ser divertidas cuando se acabo el dinero, mientras las voces a su alrededor se iban apagando y las puertas se le iban cerrando, el me conoció.
Suena el teléfono, levantándome del sofá trato de no pisar los sobres de salsa de tomate y las servilletas usadas que hay desparramadas por el piso, pero la oscuridad predomina y poco ayuda esa luz con forma de linterna que se escapa de la ventana que nos acompaña, cuando encuentro su celular solo miro quien llamaba, era su madre, el no iba a contestar y menos lo haría yo, las ultimas veces que conversaron ella le preguntaba cuando vería a sus nietos, algo que ni el sabia.
Miro a Fabián desde lejos, parado contra la pared y viendo si tenia que regresar, su cabeza interfiere con el cuerpo de luz que entra a la sala y le da un aspecto hasta gracioso, esta totalmente desalineado, con mas pelo en su barba que en su cabeza, que avejentado se lo nota a tan corta edad, tuve la sensación que llevaba tiempo sin verlo y a Fabián lo odio, me digo en silencio, me sirve ese sentimiento, me daba esperanzas. Un retrato se cae de la pared generando que sea la primera vez que el corta su relato y estirando su cuello trata de ver que se había caído, la sombra de su cabeza toma una forma angosta y alargada. El respira y yo respiro, sin poder ver que retrato era, vuelve a comenzar con su historia. Vago, sucio, te odio. Hago unos pasos, el vidrio se rompió y la foto de el con su primera novia del espectáculo se deslizo, dejándose libre del marco. Pienso en todo el odio que me genera, se lo quería dejar saber, pero el lo comprendía, lo sabia. El ni se levanta para recoger los restos caídos, continúa hablándome sobre su nueva idea, la cual le había devuelto la alegría al cuerpo, dejando esa enorme tristeza atrás, pero se sabía que no era así, ya que yo estaba ahí. Deseo tomar un pedazo de espejo, deseo caminar sin hacerlo, llegar hasta el y mirándolo fijo deslizar este pedazo de vidrio por su garganta, como me llena la idea de hacer eso, como me gratifica este pensamiento, podríamos ser tan distintos, podríamos vivir mas y conocer mas, yo quiero ver mas allá de tus imágenes sin movimiento que viven en estas paredes, que hablan de tu pasado. Dicen que la imaginación vuela, pero yo estoy anclado acá, con el. Basta! No quiero escucharlo más.

.- La historia es lo misma que hiciste hace 10 años.

El no me escucho pero sabía lo que dije, y tratando de ser gracioso elogia mi memoria y atención. Un silencio invade el ambiente y el se ocupa rápido en la búsqueda de su cuaderno de notas, casi dejándose caer, busca por debajo del sofá, yo tenia el espejo a mi alcance y la oscuridad de aliada, era el momento ideal de soltar mi odio, sin hacer ruido me acerque, yo no lo veía pero sabia donde estaba, donde estaba sus piernas cortas y gordas, su espalda cubierta de pelo pero sin ninguna ropa y mas importante donde estaba su cabeza y cuello, bajando rápido y certero mi brazo me liberaría de la miseria que vivo junto a el.
Si tan solo pudiera.
Nos saca del silencio un golpe seco a la puerta, el se sorprende pero se levanta estirándose y quejándose sin decirlo por su mal estado, esquiva su propia basura dejando a entender que no necesitaba luz para caminar por su departamento, pregunta quien es sin abrir la puerta, un vecino le comunica que los trabajadores de la empresa de la luz están en la esquina y en menos de una hora solucionaran el problema que los había dejado a oscuras a todo el edificio, el sin agradecer regresa a su sofá, yo por lo menos sabia que pronto iba a volver la electricidad y Fabián se daría cuenta que esta solo,sentado en su sofa, solo y asi me dejara de hablar y yo desaparecería por el momento, alejándome de esta oscuridad y de este odio que me da vida. Solo se quedaría, sin tanto entusiasmo ni movimientos, encontrando una vacía simpatía viendo las fotos que lo rodean, olvidándose de mi hasta el momento que me necesite, donde yo volveré muy a mi pesar y seguiré masticando mi odio y pensando formas de matarlo hasta que una de ellas, con mucha fortuna, se haga realidad.




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