Escuchaba su
historia con atención y a pesar de no mirarlo, notaba como gesticulaba y vivía
cada entonación, estábamos sentados en su sofá, en una oscuridad absoluta, yo
trataba de hacer que miraba la televisión, pero claro que no podía, el sigue
hablando, casi gritando, comentaba que sentía que esta obra iba a ser real y
honesta, algo que le daría ganas de seguir y retomar su vida, salir de este
departamento, como me gustaría creerle, sobre todo la parte de salir de aquí,
de estas paredes llenas de retratos que nos reflejan felicidad, fama. Nos
reflejan el pasado. Trato de devolver la mirada a la pequeña ventana en forma
de cero que es lo único que me puede mostrar como es afuera en este momento. El
comienza a reírse, su carcajada en la oscuridad suena a desesperación, pero a
mi me sirve para recordar cuanto lo odio.
Fabián sigue
hablando, el es director de teatro, o como el se cataloga, ex director, hace
unos años tuvo éxito comercial con la obra “La Fuga ” e
hizo lo que se hace en los momentos de éxito, se separo de su mujer, comenzó a
salir con sus actrices principales, gasto plata de una forma innecesaria y sus
adicciones dejaron de ser divertidas cuando se acabo el dinero, mientras las
voces a su alrededor se iban apagando y las puertas se le iban cerrando, el me conoció.
Suena el teléfono,
levantándome del sofá trato de no pisar los sobres de salsa de tomate y las servilletas
usadas que hay desparramadas por el piso, pero la oscuridad predomina y poco
ayuda esa luz con forma de linterna que se escapa de la ventana que nos
acompaña, cuando encuentro su celular solo miro quien llamaba, era su madre, el
no iba a contestar y menos lo haría yo, las ultimas veces que conversaron ella le
preguntaba cuando vería a sus nietos, algo que ni el sabia.
Miro a Fabián
desde lejos, parado contra la pared y viendo si tenia que regresar, su cabeza
interfiere con el cuerpo de luz que entra a la sala y le da un aspecto hasta
gracioso, esta totalmente desalineado, con mas pelo en su barba que en su
cabeza, que avejentado se lo nota a tan corta edad, tuve la sensación que
llevaba tiempo sin verlo y a Fabián lo odio, me digo en silencio, me sirve ese
sentimiento, me daba esperanzas. Un retrato se cae de la pared generando que sea la primera vez
que el corta su relato y estirando su cuello trata de ver que se había caído,
la sombra de su cabeza toma una forma angosta y alargada. El respira y yo
respiro, sin poder ver que retrato era, vuelve a comenzar con su historia. Vago,
sucio, te odio. Hago unos pasos, el vidrio se rompió y la foto de el con su
primera novia del espectáculo se deslizo, dejándose libre del marco. Pienso en
todo el odio que me genera, se lo quería dejar saber, pero el lo comprendía, lo
sabia. El ni se levanta para recoger los restos caídos, continúa hablándome
sobre su nueva idea, la cual le había devuelto la alegría al cuerpo, dejando
esa enorme tristeza atrás, pero se sabía que no era así, ya que yo estaba ahí.
Deseo tomar un pedazo de espejo, deseo caminar sin hacerlo, llegar hasta el y mirándolo
fijo deslizar este pedazo de vidrio por su garganta, como me llena la idea de
hacer eso, como me gratifica este pensamiento, podríamos ser tan distintos, podríamos
vivir mas y conocer mas, yo quiero ver mas allá de tus imágenes sin movimiento
que viven en estas paredes, que hablan de tu pasado. Dicen que la imaginación
vuela, pero yo estoy anclado acá, con el. Basta! No quiero escucharlo más.
.- La historia
es lo misma que hiciste hace 10 años.
El no me escucho
pero sabía lo que dije, y tratando de ser gracioso elogia mi memoria y
atención. Un silencio invade el ambiente y el se ocupa rápido en la búsqueda de
su cuaderno de notas, casi dejándose caer, busca por debajo del sofá, yo tenia
el espejo a mi alcance y la oscuridad de aliada, era el momento ideal de soltar
mi odio, sin hacer ruido me acerque, yo no lo veía pero sabia donde estaba,
donde estaba sus piernas cortas y gordas, su espalda cubierta de pelo pero sin
ninguna ropa y mas importante donde estaba su cabeza y cuello, bajando rápido y
certero mi brazo me liberaría de la miseria que vivo junto a el.
Si tan solo
pudiera.
Nos saca del
silencio un golpe seco a la puerta, el se sorprende pero se levanta estirándose
y quejándose sin decirlo por su mal estado, esquiva su propia basura dejando a
entender que no necesitaba luz para caminar por su departamento, pregunta quien
es sin abrir la puerta, un vecino le comunica que los trabajadores de la
empresa de la luz están en la esquina y en menos de una hora solucionaran el
problema que los había dejado a oscuras a todo el edificio, el sin agradecer regresa a su sofá, yo por lo menos sabia
que pronto iba a volver la electricidad y Fabián se daría cuenta que esta solo,sentado en su sofa, solo y asi me dejara de hablar y yo desaparecería por el momento, alejándome
de esta oscuridad y de este odio que me da vida. Solo se quedaría, sin tanto
entusiasmo ni movimientos, encontrando una vacía simpatía viendo las fotos que
lo rodean, olvidándose de mi hasta el momento que me necesite, donde yo volveré
muy a mi pesar y seguiré masticando mi odio y pensando formas de matarlo hasta
que una de ellas, con mucha fortuna, se haga realidad.
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